Consumidos por el consumo

La ciudad se ha convertido en un gran hipermercado. Cada día miles de mensajes nos incitan a comprar artículos que no necesitamos. Estamos inmersos en el consumismo que se alimenta de la influencia de la publicidad y ésta se basa en ideas tan falsas como que la felicidad depende de la adquisición de productos. Consumir quiere decir tanto utilizar como destruir. En la sociedad de consumo no sólo sentimos cada vez mayor dependencia de nuevos bienes materiales y derrochamos los recursos, sino que el consumo se ha convertido en un elemento de significación social. Se compra para mejorar la autoestima, para ser admirado, envidiado y/o deseado.

España y el ébola

Ayer por la tarde nos enteramos de una noticia que de principio podría costar creerla, pero que viendo y leyendo como han ido ocurriendo los acontecimientos no sorprende a nadie o a casi nadie: El ébola ha llegado a España. Como es lógico, tenia que salir la ministra de Sanidad Ana Mato a explicarnos a su manera que no debemos preocuparnos por nada. Eso y la imagen de unas sabanas extendidas a modo de biombo para aislar a otro supuesto infectado es justo lo que necesitaba la población para estar tranquila y respirar aliviada. Por desgracia tenemos una ministra de Sanidad que no nos merecemos.

Mato es de una persona previsible, muy del gusto de nuestro previsible presidente del Gobierno. Por eso a nadie le sorprende que no supiera nada acerca de la fuente del contagio. Hubiera sido muy sospechoso que desconoce que hace un Jaguar en su garaje o quien paga la comunión de sus hijos nos contara como pudo contraer la enfermera la enfermedad.

Si nos paramos a leer y analizar la manera en la que se ha afrontado el tratamiento de casos de ébola nos damos cuenta de que por ha sucedido todo esto: cursos de 15 minutos, un laboratorio de broma, protocolos inexistentes... Nuevamente somos el hazmerreír de Europa y del resto del mundo.

Pese a todo esto nos dicen que todo esta bajo control. Se ignora las personas con las que mantuvo contacto, si viajo en metro o en autobús, si han esterilizado su vivienda... en definitiva Mato actúa como si aquí no pasara nada. Colocar a esta ministra al frente de una crisis sanitaria es el enésimo caso que demuestra las pésimas maneras que tiene este Gobierno de afrontar los problemas que ocurren en este país. Pero no hay de que preocuparse, la culpa la tendra la enfermera por quitarse el traje protector a lo loco. Y nada de hablar de dimisiones, que aquí no se va nadie ni con agua hirviendo. Lo importante es que la población este tranquila, que se ha hecho todo como dios manda que es como hace este Gobierno las cosas. Y sobre todo dejemos y confiemos en que la ministra sabrá como gestionar todo este asunto. El ébola o nosotros tenemos los días contados.